La Edad de los Metales es la denominación de un extenso periodo durante el cual la humanidad descubrió y utilizó hierro y cobre, por ejemplo. La metalurgia tuvo un rol clave durante esa era que se desplegó tras el ocaso de la Edad de Piedra.
La primera de las fases que tuvo la Edad de los Metales se conoció con el nombre de Edad del Cobre, mientras que la segunda etapa fue bautizada como Edad del Bronce. La Edad del Hierro completó esa instancia que, para los encargados de situarla en años y espacios geográficas, se inició cuando evolucionó el dominio, el tratamiento y el uso de metales (al respecto, hay registros de metales martillados que se remontan al Neolítico), dando espacio a la fundición, un antiguo proceso metalúrgico que se hizo posible gracias al descubrimiento del fuego. El panorama de ese entonces, según se ha ido reconstruyendo, estaba marcado por las costumbres, creencias y actividades de sociedades sedentarias que encontraban en la agricultura a su principal medio de subsistencia.
Los expertos asocian al lapso que inspira el contenido de este artículo con el hallazgo y el posicionamiento de minerales que han ido abriendo caminos y optimizando el desempeño laboral y la eficiencia en numerosos ámbitos. El cobre, el bronce y el hierro, en este contexto, sirvieron para fabricar cada vez más mejores artefactos de metal, herramientas agrícolas, escudos y armas de metal, por ejemplo.
Segmentación de la Edad de los Metales
La segmentación de la Edad de los Metales, tal como señalamos líneas arriba, comprende tres partes. Cabe destacar que el avance de estas eras no fue simultáneo en todas las comunidades que habitaron la Tierra antes del surgimiento de la escritura, de ahí la necesidad de analizar cada continente, pueblo o región geográfica en particular.
En líneas generales se establece que de la mano de la Edad del Cobre se dejó atrás al Neolítico y comenzó una época de la prehistoria en cuyo transcurso se experimentó con la fundición, se trabajó la cerámica, fue en creciente aumento el interés por la metalurgia y los esfuerzos se fueron concentrando en el desarrollo de aleaciones.
Con el tiempo, teniendo como recurso a una aleación de estaño y cobre, tuvo su momento de esplendor la Edad del Bronce. Particularmente este periodo se subdividió en Bronce Antiguo o Temprano, Bronce Pleno o Medio y Bronce Tardío o Final.
Por último se distingue dentro de la Edad de los Metales a la Edad del Hierro, que al estudiarla deja al descubierto una serie de transformaciones que trascendieron el simple hecho de aprovechar el hierro y obtener beneficios en base a él. La cultura, las creencias y la organización o estructura de las poblaciones fueron modificándose a escala internacional a fuerza de invasiones, fortificaciones, alzamientos, poder militar e implementación de técnicas artesanales en el sector agrícola, por ejemplo.
Descubrimientos e innovaciones
La humanidad hizo destacados descubrimientos y realizó innovaciones valiosas a lo largo de la Edad de los Metales que se tradujeron, lógicamente, en una amplia variedad de mejoras.
Con la rueda y embarcaciones armadas con troncos primero y perfeccionadas con una suerte de vela se revolucionó al ámbito del transporte, mientras que la implementación de técnicas y el uso de materiales cada vez más resistentes benefició al rubro de la construcción. La arquitectura de esos tiempos englobó desde viviendas particulares hasta templos y ambientes reservados al almacenamiento de alimentos.
Tampoco puede pasarse por alto al fenómeno bautizado como megalitismo, un proceso que se extendió hasta, aproximadamente la Edad del Bronce. Los megalitos, monumentos diseñados con enormes piezas de piedra, sobrevivieron al Neolítico y llegaron a la Edad de los Metales, son el símbolo de esta práctica que originó, entre otras obras, tumbas.
En esta era, mucha gente dedicada a la agricultura adoptó la modalidad de arado tirado por diferentes especies de animales y, con el propósito de generar entornos propicios para considerables niveles de cosecha optimizando tiempos y tareas, fueron construyéndose canales de riego.
Acercamientos actuales a la Edad de los Metales
Los acercamientos actuales a la Edad de los Metales dependen, exclusivamente, de investigaciones, excavaciones arqueológicas, estudios de fósiles y exhibiciones de historia antigua.
La bibliografía especializada, los artículos periodísticos centrados en hallazgos científicos y las presentaciones realizadas por historiadores invitan a viajar en el tiempo a fin de averiguar cómo vivían, trabajaban, concebían la vida y cultivaban su fe los pueblos prehistóricos.
De la mano de la arqueología se han podido identificar desde la vivienda con mayor antigüedad descubierta hasta el momento en Atenas (construcción que, se estima, data de la Edad del Hierro) hasta los restos de una puerta colosal instalada en Israel durante la fase temprana de la Edad del Bronce.
Exploraciones que tuvieron como escenario a la península ibérica han permitido establecer que, en la Edad del Cobre, se le reconocía el liderazgo a ciertas exponentes del género femenino. Esta conclusión surgió a partir de apreciar las características de una tumba megalítica hallada en Sevilla donde se depositaron, en un marco de lujos y sofisticación, los restos de una mujer que los especialistas apodaron «la dama (o señora) del marfil». Asimismo, hubo estudios de esa época que arrojaron, entre otras informaciones interesantes, un dato vinculado a la caza: esa actividad, en comunidades de cazadores/recolectores, era llevada a cabo tanto por hombres como por mujeres.