La metalurgia avanzó y se profundizó durante la Edad de los Metales, contribuyendo al esplendor del cobre, del bronce y del hierro.
La Edad del Bronce es un periodo que se desplegó en la prehistoria, aproximadamente, entre los años 3100 a. C. y el 1200 a. C. Hay que tener en cuenta que este dato carece de exactitud ya que varía de acuerdo a las fuentes consultadas y al lugar del mundo analizado específicamente. Arrancó, según se ha documentado, en Sumeria una vez que dicha civilización había demostrado un dominio avanzado de conocimientos y hallazgos para la época porque usaban arado, aprovechaban las bondades de la rueda y tenían saberes en cuestiones de matemáticas, escritura y astronomía, por ejemplo. En este lapso, la pujante Babilonia expandió su poder por toda la Mesopotamia y tuvo supremacía no solamente en la época del Bronce sino también cuando llegó el turno del hierro.
Al respecto es interesante marcar que se coincide en señalar a la Edad del Bronce en el segundo lugar dentro del orden reconocido para la denominada Edad de los Metales: llegó tras el esplendor de la Edad del Cobre y fue previa a la Edad del Hierro.
El nombre elegido para dicha fase remite al descubrimiento de las aleaciones de estaño y cobre. Con el transcurso del tiempo, el bronce fue extendiéndose más allá de las fronteras. A China parece haber llegado por impulso de la dinastía Shang, mientras que en el Antiguo Egipto se popularizó durante la era Protodinástica pero su escasez hizo que no lograse desplazar a la piedra como materia prima principal.
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ResumenCaracterísticas de la Edad del Bronce
Entre las más destacadas características de la Edad del Bronce figuran transformaciones sociales muy relevantes.
En esa época tomó fuerza y sentido el concepto de clase social, marcándose la separación entre gobernantes y pobladores comunes, reconociéndose jerarquías que abarcaban desde la aristocracia hasta la burguesía. Al mismo tiempo, los pueblos fueron aprovechando los beneficios de la fundición de metales y así empezaron a desarrollar armas de bronce cada vez más sofisticadas que varias comunidades utilizaron en los conflictos bélicos que fueron protagonizando.
Por otro lado, es necesario saber que hay tres partes diferenciadas dentro de este periodo. Se ha establecido un primer ciclo llamado Edad del Bronce Antigua (momento en el cual la economía se centraba esencialmente en la pesca y la caza, mientras que la agricultura evidenció un fuerte impulso gracias al auge del bronce destinado a herramientas y utensilios), otro lapso identificado como Edad del Bronce Media (etapa en la cual se hizo costumbre ofrecer productos alimenticios a cambio de elementos de metal) y, por último, se distingue a la Edad del Bronce Final (durante la cual la humanidad, valiéndose de la escritura y otros recursos, se distribuyó en estructuras sociales cada vez más complejas).
Durante la etapa antigua de la Edad del Bronce, en Europa se utilizaban, como una modalidad temprana del valor de los billetes y las monedas, elementos estandarizados elaborados en bronce, según se advierte al estudiar las características del comercio antiguo.
El bronce y otros elementos abrieron camino a actividades (artesanales, sobre todo) y prácticas que generaron buenos resultados económicos (por el progreso del comercio y el acceso a rutas comerciales) y que diversificaron a los ritos funerarios.
En el campo se empezaron a obtener cada vez mejores frutos al implementarse técnicas novedosas y disponer de herramientas agrícolas más resistentes, eficientes y durables. Diferentes especies de animales domésticos se destinaron por entonces al trabajo en la tierra y de a poco se fue ampliando el alcance de los arados con reja diseñada en madera con cobertura de metal.
Costumbres y desarrollos
Las costumbres y los desarrollos que fueron sucediéndose a lo largo de la Edad del Bronce han ido saliendo a la luz gracias a excavaciones, hallazgos de relevancia histórica e investigaciones lideradas por expertos en arqueología.
En cercanías del círculo de piedra bautizado como Stonehenge se ha podido descubrir, por ejemplo, una serie de túmulos funerarios, varios de los cuales datan de la Edad de Bronce Antigua. En el marco de esa exploración de terreno inglés se encontraron cenizas surgidas del proceso de cremación, restos óseos y múltiples elementos (entre ellos, un objeto confeccionado con cerámica romana, maderas delicadamente trabajadas y hojas pertenecientes a cuchillos. Incluso, se detectaron en la zona pozos y una terraza de cultivo.
A lo largo de la historia surgieron vasijas y herramientas de bronce y de cobre, joyería de bronce, piezas de cerámica de barro, monedas de bronce, herramientas de piedra… Con excavaciones e investigaciones es posible rescatar una amplia e interesante muestra de arte antiguo.
Hacia el norte de la superficie londinense, por otra parte, una misión científica culminó con la detección de viviendas con un excelente estado de conservación, significando una gran noticia para aquellos que desean saber qué particularidades tuvo la arquitectura antigua. Estas construcciones surgidas en tiempos de la Edad del Bronce se instituyeron sobre pilares, tenían formato circular y se realizaron con madera. En este sitio popularmente identificado como la «Pompeya Británica» se encontró también una enorme rueda, piezas textiles a base de fibras vegetales y vasijas en cuyo interior había sobras de alimentos.
En profundidades de la costa turca, por detallar otro encuentro de enorme valor, se localizaron restos de un barco bautizado como Uluburun cuya estructura y contenido de la carga que llevaba al momento de naufragar sumó información enriquecedora acerca de la Edad del Bronce. Había allí una figura de bronce con cobertura de oro, amuletos, lingotes de bronce, una veintena de anclas elaboradas con piedra y joyas junto a comestibles y especias (comino, trigo, almendras, uvas, cilantro, olivas, higos, etc) que, al identificarlos, aportaron precisiones sobre la alimentación antigua.
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