Astroquímica es el nombre de una ciencia de carácter interdisciplinario que centra su atención en el estudio de los procesos físicos de los astros y la composición del material que se va hallando en el espacio interestelar y que, por lo general, se concentra en nubes moleculares de dimensiones considerables. En esta disciplina, útil a la hora de aprender acerca del origen de la vida en la Tierra y de ir dando respuesta a numerosos misterios propios de la Vía Láctea y más allá, se conjugan cuestiones afines al campo de la química, saberes de astronomía y otros conceptos vinculados a la astrofísica.
Su campo de estudio abarca tanto al espacio interestelar como al sistema solar, resultando clave en el desafío de acumular indicios que permitan confirmar o rechazar la idea de la vida extraterrestre. De todos modos, es importante tener en claro que hay especializaciones en este ámbito. Analizar la composición química de cada materia presente en el universo y ocuparse de las características y la estructura o naturaleza del polvo cósmico y de los asteroides, cometas y meteoritos, por ejemplo, es asunto de la cosmoquímica, una especialidad de enorme valor para la planetología que se ocupa, incluso, de examinar el surgimiento y la evolución de elementos químicos e isótopos. Algo más diferente es el interés de la astrobiología, que se nutre de recursos de la química, la astronomía, la astrofísica y otras ramas para investigar tanto sobre la existencia en nuestro planeta como en la posibilidad de que haya vida extraterrestre.
La astroquímica orgánica, la astroquímica prebiótica y la astroquímica nuclear son otras variedades que permiten conocer en profundidad al espacio y sus componentes.
Astroquímica, una ciencia valiosa
La astroquímica es una ciencia valiosa porque permite reconocer a una gran cantidad de clases de moléculas complejas (entre ellas, los aminoácidos). Los expertos en esta disciplina trabajan en torno a moléculas interestelares (sin dejar al margen a las moléculas circunestelares) y van logrando hallazgos que contribuyen a instruirnos más (y mejor) en relación al proceso evolutivo en la Tierra y otros planetas.
Al momento de efectuar una medición vinculada al poder de absorción y a la capacidad de átomos y moléculas para la emisión de luz en distintos ambientes, los especialistas apelan a la espectroscopia y hacen observaciones mediante telescopios. La información obtenida en esas circunstancias tras analizar detalladamente tanto el espectro de absorción como el espectro de emisión) es combinada con estudios de laboratorio a fin de determinar la temperatura de nebulosas y estrellas, la composición química y la abundancia (o escasez) de diversos elementos. Cuando hay una exposición de moléculas a radiación infrarroja, los equipos modernos de observación astronómica logran detectar las frecuencias de vibración.
Cabe remarcar la existencia de la espectroscopia de resonancia magnética nuclear (técnica apta para establecer estructuras de moléculas biológicas, organometálicas u orgánicas), la espectroscopia ultravioleta-visible (modalidad basada en la iluminación de alguna sustancia de muestra con rayos electromagnéticos con distintas longitudes de onda dentro del rango visible y ultravioleta) y de la espectroscopia de infrarrojo (método útil para identificar compuestos inorgánicos y orgánicos, por ejemplo).
Moléculas y elementos en el espacio
Gracias a los avances en astroquímica y otras disciplinas científicas, el ser humano tiene a disposición una interesante variedad de saberes relacionados al universo. La humanidad ha logrado, en este marco, estar al tanto de la existencia y las particularidades de las moléculas y los elementos que hay en el espacio.
Tiempo atrás, por detallar uno de los hallazgos más recientes, se ha descubierto una molécula interestelar conformada por al menos 3 átomos de oxígeno. Este compuesto, bautizado como ácido carbónico, respalda la teoría de la panspermia, una creencia que señala que la vida arribó a la Tierra procedente del exterior, sosteniendo la idea de que en cada rincón del universo existen formas de vida.
También se ha determinado que el hidrógeno y el monóxido de carbono son las moléculas de mayor presencia en el cosmos. Al estudiar en profundidad cómo se compone el medio interestelar, los expertos en el tema han reconocido al gas (constituido esencialmente por helio e hidrógeno) y a las partículas de polvo.
Por otra parte, hace algunas temporadas salieron a la luz resultados de una investigación beneficiosa para la comprensión de qué se tratan, y cómo son, las reacciones químicas desarrolladas en nubes estelares o en el vacío. Esta información es vital para ir perfeccionando y ampliando los trabajos astroquímicos.
Herramientas y técnicas usadas en astroquímica
Si bien líneas arriba hemos hecho alusión a algunos recursos y procedimientos propios de la especialidad científica que motiva a este artículo, a continuación compartiremos datos de interés centrados en las herramientas y técnicas usadas en astroquímica.
Además del empleo de telescopios (instrumentos que, en función de sus características, se clasifican como telescopios espaciales o telescopios infrarrojos), los expertos en asuntos astronómicos utilizan equipos sofisticados bautizados como espectrógrafos. De querer focalizarse en la captación de ondas de radio que provienen de cuerpos celestes recurren entonces a los radiotelescopios.
Enlace de interés:
https://ciencia.nasa.gov/universo/el-legado-de-ciencia-e-ingenieria-de-sofia/