Entre las eras geológicas más fáciles de reconocer figuran la era paleozoica y la era mesozoica.
Era geológica es un concepto que se desprende de la geocronología, tal el nombre de la ciencia que se ocupa de establecer la antigüedad y el orden cronológico de los episodios geológicos que se han registrado en la Tierra a lo largo de toda la historia.
Dentro de la escala de tiempo geológico, cada era geológica es concebida como una unidad geocronológica. Mientras que los expertos en geocronología se encargan de definir intervalos continuados de tiempo, quienes se dedican a la cronoestratigrafía (disciplina enmarcada en la estratigrafía, nombre que recibe a la parte de la geología que analiza e interpreta rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias estratificadas) ordenan unidades estratigráficas.
Hay, por lo tanto, equivalencias entre las unidades geocronológicas y las unidades cronoestratigráficas. Si en el primer caso hablamos de eón, por ejemplo, se puede trazar un paralelismo con el llamado eonotema. De posar la atención en una era, en tanto, habrá una correspondencia temporal con la extensión de un eratema. Las posibilidades siguen encontrando en un periodo al equivalente a la unidad bautizada como sistema, mientras que es posible trazar una correlación entre época y serie. Lo mismo con la unidad geocronológica edad y la unidad cronosetratigráfica piso, y la unidad de tiempo cron respecto a la cronozona.
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ResumenCaracterísticas de cada era geológica
Conocer las características de cada era geológica aporta datos de interés sobre cómo ha ido cambiando y evolucionando el planeta que habitamos.
En primer lugar, es importante resaltar que varían mucho entre sí las duraciones de cada una de las eras geológicas. Hay, formalmente, una decena de eras reconocidas. Episodios de extinción masiva, con transformaciones notorias a nivel terrestre, marino y climático, han dado pie al término de una era y el inicio de otra.
Las primeras eras geológicas que han podido identificarse y establecerse se encuadran en el eón Fanerozoico. Adquieren visibilidad así el Paleozoico (en algún momento era primaria, segmentada en los períodos Cámbrico, Ordovícico, Silúrico, Devónico, Carbonífero y Pérmico), el Mesozoico (popularmente llamado era de los dinosaurios, con tres divisiones: el periodo Triásico, el Jurásico y el Cretácico) y el Cenozoico (en otros tiempos, era terciaria, en la cual se distinguen el periodo Paleógeno, el Neógeno y el período Cuaternario).
Si nos trasladamos mucho tiempo atrás en la historia y nos focalizamos en el inicio de la formación de la Tierra, en la fase identificada como Precámbrico, podremos reparar en las particularidades del eón Hadeico, que precedió al eón Arcaico. Después hizo su despliegue el eón Proterozoico.
El mesozoico, conocido asimismo como era de los dinosaurios, se subdivide en los periodos triásico, jurásico y cretácico.
Paleogeografía
La paleografía es una gran herramienta a la hora de aprender y comprender cómo supo ser nuestro planeta. Con este nombre se designa al estudio de la geografía propia de un determinado tiempo geológico, aunque centrado en la tectónica de placas.
En este marco se analizan, a nivel geológico, los ambientes más antiguos de la superficie terrestre. Los especialistas en esta disciplina se dedican, incluso, a examinar las condiciones sedimentarias vinculadas a los fósiles a fin de ir obteniendo precisiones en torno a cómo han ido desarrollándose evolutivamente especies ahora extintas.
Gracias a investigaciones paleogeográficas han surgido datos valiosos e interesantes sobre la deriva continental, así como se profundizaron saberes vinculados al formato y al emplazamiento latitudinal de cada supercontinente (como lo han sido Pangea y Rodinia).
Emparentada con la paleogeografía está la denominada paleoclimatología, área dedicada a reconstruir cada clima o condición ambiental/atmosférica que se ha ido imponiendo en el entorno terrestre con el correr del tiempo. Para obtener material de trabajo que proporcione información se suele extraer parte del interior de un glaciar y se observa detenidamente la erosión de las rocas, por ejemplo.
Variedades de fósiles hay un montón y se los puede clasificar, a grandes rasgos, como nanofósiles, microfósiles y megafósiles.
Estudiar y reconstruir eras geológicas
Estudiar y reconstruir eras geológicas se ha ido convirtiendo en un desafío cada vez más interesante que, gracias a las nuevas tecnologías, se está volviendo un poco más sencillo. Todavía quedan misterios, incógnitas y cuestiones por resolver para tener todas las fichas del rompecabezas y así conseguir un panorama detallado y completo, pero las investigaciones se mantienen vivas. Es apasionante buscar respuestas acerca de cómo se han ido adaptando los distintos organismos a cada era geológica, además de resultar muy enriquecedor establecer cómo y porqué sucedieron, lamentablemente, extinciones masivas o las glaciaciones. Dedicarle tiempo y atención a las diferentes clases de fósiles de la mano de la paleontología contribuye a ir incorporando saberes.
De acuerdo a la ciencia, por ejemplo, las actividades de los seres humanos han tenido (y aún tienen) tanta influencia en la Tierra que se dio paso de este modo a una nueva era geológica, bautizada como Antropoceno o, en léxico más informal y cercano, la Edad de los Humanos. Según sostienen numerosos científicos desde hace múltiples temporadas, la era del Holoceno ha culminado y se pasó a una era marcada por transformaciones derivadas de huellas negativas dejadas por el hombre como especie.
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