Un glucolípido es un lípido que se encuentra unido a un hidrato de carbono. Coloquialmente suele decirse que se trata de una grasa asociada a un azúcar.
Sus funciones son variadas, pudiendo participar en procesos de reconocimiento y comunicación celular y en la estabilidad de la membrana, por mencionar algunas posibilidades.
Conceptos relacionados
Los lípidos son compuestos orgánicos que se producen a partir de la esterificación de alcoholes con ácidos grasos. Cuando un ácido graso se combina con glicerina se forma la grasa.
Los hidratos de carbono, en tanto, son sustancias formadas por oxígeno, hidrógeno y carbono, con proporción de dos a uno en el caso de los dos primeros elementos. A los hidratos de carbono también se los conoce como carbohidratos, glúcidos o azúcares.
Clases de glucolípidos
Entre las diversas clases de glucolípidos podemos encontrar los cerebrósidos, que cuentan con un azúcar que se une al grupo hidroxilo de la ceramida por medio de un enlace β-glucosídico. Algunos poseen galactosa, como ocurre con la frenosina, y se conocen con el nombre de galactocerebrósidos; por lo general, se hallan en el tejido nervioso, en las membranas plasmáticas de sus células.
Otros cerebrósidos, en cambio, tienen glucosa; se trata de los glucocerebrósidos, que podemos encontrar en los tejidos no nerviosos. Un ejemplo son los sulfátidos, en los cuales el sulfato esterifica una galactosa en el carbono 3.
Otra de las clases de glucolípidos son los globósidos, oligosacáridos de ceramida que por lo general tienen N-acetilgalactosamina, glucosa y galactosa, entre los residuos de acúcar que los caracterizan. El término ologosacárido responde a una molécula de unión covalente de entre dos y nueve monosacáridos cíclicos; la ceramida es un lípido compuesto de un ácido graso y una esfingosina.
Por otro lado tenemos los gangliósidos, los cuales tienen cabezas polares de gran tamaño con un mínimo de una unidad de ácido siálico. La presencia de este ácido es la diferencia principal entre los gangliósidos y los anteriores. Podemos encontrarlos en el sistema nervioso central, sobre todo en las terminaciones nerviosas.
Más información
Los glucolípidos también pueden definirse como biomoléculas (moléculas que constituyen a los organismos vivos). En la membrana celular, los glucolípidos son parte de los hidratos de carbono que solamente se enlazan a los lípidos en el interior de ciertos orgánulos y en la parte externa de la membrana plasmática.
Es posible hallar glucolípidos en animales, plantas y bacterias, por ejemplo. Mientras que en los animales suelen concentrarse en la membrana plasmática, en los vegetales su presencia es frecuente en las membranas cloroplásticas.
Cabe destacar que los glucolípidos carecen de enlaces éster y de grupo fosfato. Por otra parte, cuando estas biomoléculas aparecen en una solución acuosa, adoptan un comportamiento semejante al de los fosfolípidos.
Enfermedades asociadas
Se conoce como esfingolípidos a unos lípidos complejos que pueden o no tener fosfato y se unen a un ácido graso para dar lugar a la ceramida. Si éstos no se degradan de manera correcta, algo que suele ocurrir a causa de una enzima glucósido hidrolasa defectuosa, entonces se acumulan y dan lugar a una serie de enfermedades denominadas esfingolipidosis.
Por lo general, éstas son hereditarias y sus efectos están ligados a la enzima en cuestión, además de la gravedad de su defecto. La enfermedad asociada a los glucolípidos más común es la de Niemann-Pick, causante de daño en las neuronas, dolor y, en algunos niños pequeños, la muerte.
También podemos mencionar la enfermedad de Gaucher, cuya frecuencia es menor. La sufren individuos con insuficiencia de la enzima glucocerebrosidasa. Provoca acumulaciones de grasas en el hígado, el bazo, los huesos, los pulmones y, con menos probabilidades, en el cerebro.