La noción de manto proviene del vocablo latino mantum. Entre sus varios usos, en este caso nos interesa su acepción como la capa que recubre algo o que se despliega sobre una superficie.
El adjetivo terrestre, por otro lado, tiene su origen etimológico en el latín terrestris. El término permite hacer referencia a aquello vinculado al planeta Tierra o a la tierra en oposición al mar y a lo aéreo.
El manto terrestre, en este marco, es la capa que se ubica entre el núcleo de la Tierra y la corteza. Por lo tanto, es la zona intermedia que se posiciona entre el sector más interno y el área más externa del globo terráqueo.
Origen y composición del manto terrestre
El núcleo de la Tierra es el centro del planeta: se compone principalmente de hierro y níquel, contando con una parte sólida interna y otra líquida externa. La corteza terrestre, por su parte, es la capa exterior que tiene un espesor de entre 5 y 70 kilómetros según la región.
Entre ambos sectores, se desarrolla el manto terrestre. Surgió hace unos 3800 millones de años en el marco del proceso de estratificación del planeta y actualmente se lo divide en un manto interno (sólido) y un manto externo (viscoso).
La discontinuidad de Mohorovičić
El manto terrestre se extiende entre los 8 km y los 2.900 km de profundidad aproximadamente. Se lo distingue de la corteza por su accionar mecánico y sus rasgos químicos, asociados a una discontinuidad de las características físicas que recibe el nombre de discontinuidad de Mohorovičić (por Andrija Mohorovičić, el científico que detectó esta particularidad).
Puede decirse que, cuando empieza a notarse esta discontinuidad, se inicia la transición entre la corteza terrestre y el manto. En esta zona, debido a que la densidad de los materiales es más elevada, crece la velocidad de las ondas sísmicas.
Principales características del manto terrestre
El manto terrestre se compone de materiales como oxígeno, silicio y magnesio, entre otros. Las sustancias pueden aparecer como sólidos o en estado viscoso por la alta presión.
Es importante indicar que la temperatura del manto terrestre va de los 600 ºC a los 3500 ºC. Las temperaturas son más altas en las cercanías del núcleo.
Otro dato interesante, advertido por los científicos, es que el manto terrestre provoca un movimiento ascendente y descendente de la superficie. El fenómeno, que se desarrolla en una escala temporal muy extensa, incide en la actividad sísmica y en la formación de las cadenas.
Su función
El manto terrestre desarrolla funciones esenciales en la estructura del planeta. Con su presencia, actúa como aislante térmico, con lo cual la corteza no alcanza una temperatura muy elevada y además gana estabilidad.
Por otro lado, el manto terrestre propicia la fundición de bloques pesados de la corteza. En las zonas de subducción, estos fragmentos terminan descendiendo hasta el manto. Otro rol que asume el manto es la proyección de magma por la separación de las placas tectónicas, produciendo más corteza.
Por estas cuestiones, la estructura interior de la Tierra registra modificaciones periódicas, propiciadas por la propia dinámica del manto terrestre.