La seguridad alimentaria es esencial para propiciar el mejor estado de salud posible en todos los miembros de una comunidad y garantizar el acceso equitativo a comestibles de buena calidad.
Seguridad alimentaria es un concepto que engloba a prácticas y medidas destinadas a garantizar, en cada comunidad, el acceso a alimentos que permitan una dieta balanceada y saludable.
De acuerdo a los expertos y a los organismos que han intervenido en la definición e interpretación de esta noción, deben cumplirse cuatro principios para que se haga efectiva, en la práctica, la seguridad alimentaria. En primer lugar, en cada nación debe existir una suficiente producción de alimentos y una adecuada disponibilidad para cubrir a diario la demanda colectiva en materia de comestibles.
Se deben considerar, asimismo, la economía para que la falta de dinero no ponga en riesgo la nutrición.
En ningún hogar tendría que haber carencias alimenticias, por eso es obligación de los gobernantes implementar estrategias y planes para prevenir el hambre, luchar contra la desnutrición y combatir la malnutrición.
Tampoco hay que pasar por alto el valor de transmitir, inculcar y adoptar hábitos positivos en relación a la comida. A lo largo de toda la vida, para estar saludables y fortalecer el sistema inmune, se necesita ingerir productos de excelente calidad (en lo posible, sin conservantes y lo más naturales que se pueda) que aporten energía, vitaminas y minerales. Es fundamental conocer bien al organismo, respetarlo y aceptarlo a fin de cuidarlo, proporcionarle las calorías necesarias para un óptimo funcionamiento y desarrollo y detectar de manera temprana eventuales síntomas: cuando algo no va bien y uno no está en plenitud la recomendación más sensata y justa es realizar un chequeo médico y consultar en tiempo y forma para poder tener acceso a un diagnóstico y a un tratamiento.
Es útil y enriquecedor aprender a cocinar y preparar delicias caseras nutritivas y sabrosas a base de múltiples ingredientes (evitando o reduciendo al máximo la ingesta de comida procesada y ultraprocesada), enseñar sobre manipulación de alimentos con el propósito de evitar la contaminación cruzada e informar acerca de las ventajas de diversificar la dieta.
Por último, la alimentación tiene que ser estable, perdurar a través del tiempo y asegurarse con frecuencia periódica.
Una correcta manipulación de alimentos exige buenas prácticas y responsabilidad en el manejo de utensilios, en el aseo personal y en la higiene del espacio y de los elementos empleados en las preparaciones culinarias.
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ResumenFactores que influyen en la seguridad alimentaria
En la seguridad alimentaria influyen múltiples factores que conviene distinguir y afrontar en miras a hallar soluciones para todo aquello que dependa de uno y aprovechar, al mismo tiempo, cada cuestión o avance que la favorezca.
Nada se puede hacer, por ejemplo, frente a las condiciones meteorológicas y fenómenos como las sequías, las olas tanto de frío como de calor y las inundaciones. Sí, en cambio, ayuda instruirse sobre el vínculo entre cambio climático y seguridad alimentaria ya que la agricultura y la ganadería están expuestas a problemas como la baja en el nivel de suministro de agua, las temperaturas extremas, las enfermedades y las plagas.
Hay, simultáneamente, factores sociales, políticos y económicos que ponen en jaque a la seguridad alimentaria. La desigualdad de género y la inequidad de derechos repercuten negativamente en el acceso, la disponibilidad, la utilización y la estabilidad en cuanto a comestibles de buena calidad. Las diferencias que se marcan entre hombres y mujeres y la discriminación sufrida en ese contexto se traducen en distribuciones injustas de alimentos y en limitaciones monetarias que restringen el acceso a la comida.
A la vez, la innovación tecnológica y el desarrollo de equipamientos, programas informáticos y recursos modernos juegan a favor de la seguridad alimentaria. Gracias al descubrimiento de técnicas, a los aportes de la ciencia y a la existencia de instrumentos y herramientas modernas se mejora la calidad nutricional de una amplia variedad de comestibles y es posible generar las condiciones necesarias para asegurar la inocuidad alimentaria.
Una dieta equilibrada y saludable debe responder a las necesidades y particularidades de cada organismo. Si bien siempre se aconseja combinar frutas, verduras, legumbres y carnes, no se puede pasar por alto que hay personas que presentan, por ejemplo, alergias o intolerancias alimentarias.
Producción y conservación de alimentos
Tanto la producción de alimentos como su conservación exigen conocimiento, compromiso, responsabilidad y trabajo.
De no poder desarrollar huertos familiares por razones de tiempo o espacio, una excelente opción es apostar por las granjas verticales en el hogar ya que no hay que disponer de amplias superficies para llevarlas a cabo, no exigen grandes cantidades de agua y uno, al no emplear pesticidas y ocuparse del crecimiento natural y cuidado de los comestibles, se garantiza la calidad de los productos que terminará consumiendo.
Los modelos de agricultura sostenible (sistema respetuoso con el entorno natural que no hace una explotación excesiva de los recursos a disposición) y de agricultura orgánica (marco en el cual se producen alimentos libres de químicos y respetando una serie de normas éticas) hacen méritos para que los consumidores que desean nutrirse de la manera más sana posible provocando el mínimo impacto negativo posible en la naturaleza hallen en esos métodos opciones a considerar al salir de compras.
Tomar en serio el proceso de conservación de alimentos y sus particularidades es clave para garantizar que los productos se mantengan en buen estado, no pierdan propiedades ni se echen a perder.
Un usuario que va a consumir determinada mercadería tiene que prestar mucha atención a la fecha de vencimiento, al envasado, al etiquetado y a las condiciones que necesita para ser segura. Algunos medicamentos, las vacunas, los comestibles congelados y los productos frescos, por ejemplo, requieren mantenerse a una temperatura baja y controlada, razón por la cual es imprescindible respetar la cadena de frío sin interrupciones.
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