Aromaterapia es un concepto que está formado por dos términos: aroma (los compuestos químicos que incluyen en su fórmula partículas odoríferas) y terapia (el área de la medicina centrada en cómo se tratan los distintos trastornos de la salud).
La aromaterapia consiste en el uso médico de esencias o aceites esenciales: el fluido presente en ciertas plantas que se caracteriza por su olor penetrante. Se trata de una técnica que suele incluirse dentro de la medicina alternativa (es decir, que no encuentra sustento en la comunidad médico-científica tradicional).
Origen de la aromaterapia
Los orígenes de la aromaterapia son remotos ya que varios pueblos antiguos recurrían a los aromas para tratar enfermedades y diversos malestares.
Los baños con aceites esenciales y la propagación de sahumerios fueron algunas de las primeras manifestaciones de la aromaterapia.
Los aceites esenciales
Debido a la alta concentración que tienen los aceites esenciales, la aromaterapia suele diluirlos en otras sustancias para evitar irritaciones o quemaduras. De todas formas, es importante destacar que la mayoría de los aceites esenciales no se ingieren ni se aplican en la zona ocular.
Los aceites esenciales pueden diluirse en agua caliente para que el paciente inhale el vapor. Otra posibilidad es que, diluidos en agua fría o en otro tipo de aceite, se froten sobre la piel.
Veamos los métodos de aplicación de los aceites esenciales más en detalle a continuación:
- Inhalación: se trata del modo más común, y puede llevarse a cabo de forma directa o indirecta. Como se menciona más arriba, es posible mezclar el aceite con agua. Una alternativa a la mera ubicación del producto cerca del paciente es el uso de difusores para promover el movimiento de las partículas en el aire. Suele usarse para tratar problemas de tipo respiratorio o incluso para ciertos trastornos de la piel.
- Masaje: dependiendo del tipo de dolencia a tratar, es posible aplicar el aceite directamente sobre la zona afectada y realizar un masaje, cuya intensidad también depende del problema en cuestión. Esta forma de aromaterapia es muy usada para las contracturas musculares.
- Baños aromáticos: cuando el problema del paciente se relaciona con su circulación sanguínea, una aplicación adecuada consiste en darse un baño de agua caliente con algunas gotas de aceites esenciales. Es importante reducir la temperatura del agua cada cierto tiempo, para conseguir el grado de relajación ideal y evitar lesiones.
- Cataplasmas: se trata de tópicos blandos que se pueden aplicar tanto en caliente como en frío, recomendados para tratar problemas en la piel o dolores musculares.
- Uso interno: ésta es la aplicación menos común de la aromaterapia y sólo es posible con ciertos aceites esenciales. Además es muy importante que surja como indicación de un profesional, el cual también debe realizar un control para limitar el consumo.
Beneficios de la aromaterapia
Cada aceite esencial ofrece diferentes beneficios, gracias a sus propiedades curativas específicas. Entre los más usados se encuentran los siguientes:
- Bergamota: se usa para casos de depresión, estrés y ansiedad, así como para normalizar el apetito. Es refrescante, energético, revitalizador y estimulante.
- Ciprés: sus propiedades purificadoras, vigorizantes y sedantes resultan ideales para reducir los síntomas propios de la menopausia, ciertas alergias y el estrés, y para calmar el sistema nervioso.
- Geranio: también sirve para tratar la depresión y para aliviar los síntomas menstruales. Su acción estimulante y equilibrante ofrece resultados especialmente buenos para mejorar el ánimo y superar los estados de angustia.
- Jengibre: provee un estímulo del sistema inmune que ayuda a combatir resfríos y gripe, mejora la circulación sanguínea, ayuda en la prevención de náuseas y mareos durante los viajes, es relajante y promueve la correcta digestión.
- Lavanda: la aromaterapia utiliza este aceite para calmar los dolores de cabeza, aliviar el ardor de picaduras y quemaduras, y regular la presión alta.