Definición de

Función expresiva

La función expresiva es una de las tantas funciones del lenguaje que identificó el lingüista ruso Roman Jakobson. Valiéndose de ella, el hablante o emisor manifiesta en el mensaje deseos, emociones, estados de ánimo y sentimientos: es decir, se focaliza en comunicar qué y cómo siente. En la práctica, da origen a expresiones como «¡Qué alegría!», «No me estoy sintiendo bien», «¿No te das cuenta que me estás ofendiendo?», «¿Cuánto más tendré que soportar?», «¡Me tiene podrido todo esto!», «Soy una afortunada, ¡es hermoso lo que estoy viviendo!» o «Te necesito».

A este estilo de comunicación, por las particularidades sentimentales y reveladoras que posee, también se lo describe como función sintomática o función emotiva. Los contenidos que se enmarcan en esta categoría tienen a la subjetividad (contraria a la objetividad por dar lugar a un punto de vista o juicio de valor) como rasgo distintivo. Según sea la intención de quien crea el mensaje, la función expresiva puede presentarse en comunicados, notas o declaraciones cargados de ironía, sarcasmo o humor.

Comunicación

La función expresiva da margen para manifestar emociones y estados de ánimo, por ejemplo.

Características de la función expresiva

Entre las características de la función expresiva que resultan más sencillas de reconocer aparecen la tendencia a adjetivar de manera valorativa y el empleo de verbos orientados a dejar al descubierto opiniones y cuestiones propias del universo interior de cada persona.

Es habitual, asimismo, que se utilice la primera persona tanto del singular como del plural y que se aprovechen como recursos de expresión desde la exclamación retórica hasta la pregunta retórica. Su propósito es conmover, emocionar, hacer saber una creencia o revelar qué proceso está transitando uno por dentro. El emisor, a través de la función expresiva, informa qué le parece un determinado asunto («Esta terrible situación me supera») o cómo afronta una determinada realidad («El miedo me paraliza, no sé cómo continuar…»).

A tener en cuenta: sirve mucho, en este marco, el lenguaje no verbal porque con una cierta entonación, determinados gestos y expresión corporal (moviendo las manos, agitando los brazos, sonriendo o frunciendo el ceño, por hacer una enumeración de posibilidades) se potencia el perfil emotivo del lenguaje.

Estados de ánimo

Felicidad, enojo, temor o incertidumbre pueden expresarse gracias a la función emotiva del lenguaje.

Géneros que admiten una función emotiva

Hay géneros que admiten una función emotiva porque se enriquecen con la sensibilidad del emisor. Así sucede, por ejemplo, con la poesía lírica y la autobiografía.

La función expresiva también se despliega en cada libro de memorias, al ir alimentando un diario personal y al escribir una carta. Al analizar en detalle los rasgos de un testimonio o de una confesión, indudablemente se detectan pinceladas de función expresiva.

Las experiencias personales que se van narrando en las redes sociales y los contenidos de un blog que se orienta a compartir textos sobre vivencias humanas y reflexiones íntimas demuestran cómo se va amoldando la función expresiva a cada discurso, mensaje u obra, sea del plano de la literatura o no.

Cabe resaltar, además, que en el ámbito de la narrativa, gracias a la prosopopeya (clase de metáfora ontológica conocida, asimismo, como personificación), los personajes, aunque sean objetos o animales, adquieren habilidades propias de los seres humanos, reaccionando, sintiéndose, hablando o procediendo como lo haría alguien de nuestra especie.

Por otra parte, es interesante tener en consideración la existencia de múltiples figuras literarias y recursos que contribuyen a reforzar o exaltar el perfil expresivo de un texto. De la mano de la anáfora (reiterando uno o más vocablos al iniciar un verso o enunciado), la elipsis (eliminando, al menos, un término perteneciente a una frase sin entorpecer la interpretación de la oración), la hipérbole (exagerando un episodio, un rasgo, una cantidad, etc) o la aliteración (potenciando la expresividad al repetir sonidos similares en un fragmento o texto), entre otras alternativas, se arriba a una fórmula efectiva para expresar algo con ímpetu.

Escritura

En una carta pueden volcarse pensamientos y sentimientos.

Importancia de la función expresiva

La importancia de la función expresiva radica en la posibilidad que da para dejar aflorar aquello que uno siente, cree o considera. Al mismo tiempo, incide en el receptor influyendo sobre sus ideas. Por eso, por ejemplo, quienes se dedican a la política y/o al marketing hacen un uso frecuente del lenguaje emocional porque saben que con él hay chances de dejar una marca positiva en alguien, de manipularlo en cierta manera y de persuadirlo.

No se puede pasar por alto que esta función del lenguaje tiene un valor enorme para, por ejemplo, la escritura terapéutica, una técnica que pone a flor de piel, en palabras escritas, todo aquello que la persona no llega a verbalizar, a sacar de su interior.

La cuestión emotiva, el hecho de compartir oralmente o por escrito una impresión o emoción, está estrechamente ligada a la inteligencia emocional. Este concepto hace hincapié en la capacidad humana para, de modo positivo y sano, entender, usar y gestionar emociones. Desarrollándola uno logra vincularse con el prójimo eficientemente, puede sentir empatía, generar una comunicación efectiva y estar en condiciones de implementar una escucha activa, por ejemplo.

Cómo citar este artículo Verónica GudiñaPublicado por Verónica Gudiña, el 5 de mayo de 2023. Función expresiva - Qué es, definición, características e importancia. Disponible en https://definicion.de/funcion-expresiva/
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