Existen, entre otros, los cultivos alimentarios (cereales), los cultivos con finalidad textil (algodón) y los cultivos industriales (tabaco).
Un cultivo es el resultado de la acción de cultivar, es decir, de desarrollar en la tierra procesos necesarios para producir alimentos. Es interesante saber que existen técnicas de cultivo y tratamientos del suelo que se engloban dentro de distintas categorías vinculadas a la agricultura.
A fin de aportar datos útiles al respecto, dar cuenta de cómo ha ido evolucionando este rubro y permitir que cada vez más personas aprendan a distinguir cultivos y se actualicen en torno a este tema, en los párrafos siguientes describiremos conceptos relacionados, enumeraremos variedades y sumaremos información vinculada al valor, las tendencias y el impacto en materia de cultivos.
Es necesario aclarar, antes de continuar detallando las particularidades de los cultivos desde una visión agrícola, que este vocablo está presente también en el léxico propio de los expertos en microbiología. En esa ciencia, este término alude a un método útil para estudiar microorganismos dentro de un laboratorio y, en ese contexto, poder identificar qué bacteria, parásito u hongo está afectando la salud de una persona o, de ser análisis solicitados por un veterinario, de un animal.
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ResumenRepaso histórico sobre cultivos
Registros históricos indican que en América Latina, China y el Cercano Oriente la agricultura se inició con pobladores que experimentaron con granos y semillas en la tierra. Se cree que en Indonesia y Perú, en tanto, las plantaciones iniciales fueron verduras de raíz. Son muy antiguos, asimismo, los cultivos de batata (camote o boniato), cebada y trigo farro, así como las siembras de porotos (frijoles).
A medida que pasó el tiempo los agricultores, en distintos rincones del mundo, fueron dedicándose al arroz, la soja, el choclo (maíz) y a la mandioca.
En la Antigua Roma, por sumar otra referencia, los cultivos pasaban principalmente por las hortalizas, los cereales y las leguminosas. En esa época se obtenían uvas (vid), aceitunas (olivas) y trigo.
Poco a poco, la agricultura se fue expandiendo y diversificando con opciones como las del algodón, el tomate, la caña de azúcar, el café, el tabaco y el pimiento.
Conceptos clave
Para lograr una interpretación precisa y enriquecedora sobre los cultivos resulta oportuno instruirse sobre técnicas, variedades y procedimientos, además de aprender el significado de conceptos clave.
Entra en juego la idea de siembra, por ejemplo, cuando se apunta al acto y a la consecuencia de sembrar. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) menciona que sembrar es la acción de tirar, plantar y distribuir en la tierra semillas para que surjan frutos de ellas. La instancia o momento de recoger los frutos del suelo, por otra parte, recibe la denominación de cosecha. Esta palabra también engloba al producto o al conjunto de la producción que se consigue obtener.
Las tierras sembradas, cada cultivo de un campo, por agregar otro dato útil, constituyen la labranza, mientras que la irrigación (el efecto al poner en marcha el acto de irrigar) hace referencia al riego de un terreno.
En el campo suele haber cultivos de cereales, árboles frutales, soja, etc.
Tipos de cultivos agrícolas
Abundan las variedades de cultivos, así como las modalidades de agricultura. El empleo de ciertos productos, el lugar elegido, la cantidad de cultivos sembrados en un campo, las prácticas llevadas a cabo y la estacionalidad o frecuencia de los cultivos, entre otros factores, influyen en las categorías y clasificaciones.
El cultivo en invernadero, concretamente, es ideal en vistas a resguardar a plantas y cultivos de vegetales de los efectos de las bajas temperaturas, para asegurar un ahorro de agua y para poder hacer una buena gestión en caso de aparición de plagas.
Un cultivo en terrazas, por otra parte, evita que se erosione demasiado el suelo, posibilita que se aprovechen mejor los recursos hídricos y es un gran aliado en la lucha contra el cambio climático.
Se reconoce, asimismo, al cultivo perenne como aquel que, a lo largo de su existencia, admite más de una cosecha porque su ciclo vegetativo supera los doce meses. En otras circunstancias se despliega el cultivo anual (con un periodo menor al año).
Al reunir mayores precisiones sobre los tipos de cultivo ganan visibilidad incluso el cultivo perenne (de periodos muy extensos, ofrece múltiples cosechas), el cultivo intercalado (aquel que en una misma tierra le da espacio a, al menos, dos cosechas simultáneamente optimizándose así los sistemas de cultivo), el cultivo extensivo (de estilo natural y tradicional para aprovechar los recursos naturales de modo sustentable) y el cultivo intensivo (alternativa caracterizada por el uso intensivo de los medios a disposición en pos de una producción agrícola), por enumerar más opciones.
A través de la agricultura orgánica se pueden obtener alimentos no expuestos a agroquímicos ni a fertilizantes sintéticos.
Técnicas para cultivar
Para garantizar la preservación de la bioversidad, minimizar el nivel de contaminación derivado de la producción agropecuaria y cuidar al máximo los suelos para que no se erosionen o degraden profundamente hay que tomar recaudos, implementar estrategias y seleccionar bien las técnicas y formas de trabajo.
La fertilidad de la tierra se cuida, por ejemplo, mediante la rotación de cultivos. Existe, por otra parte, la hidroponía (método que, en vez de cultivar a las plantas en suelos agrícolas, invita a descubrir los beneficios del cultivo sin suelo a base de disoluciones minerales). También se prescinde del suelo con la modalidad de cultivos aéreos bautizados como aeroponía, mientras que en la acuaponía se fusionan y complementan la hidroponía y la acuacultura.
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