La erosión hídrica es un proceso de desgaste que impulsa el agua al incidir sobre los materiales que componen la superficie. Lo que hace el agua es socavar y provocar un desplazamiento de las partículas inorgánicas y orgánicas que forman parte de la capa superior del suelo.
Por lo tanto, la erosión hídrica lleva a una descomposición del nivel superficial, aplanándolo y degradándolo. A su vez, los sedimentos que genera son transportados y acumulados en otras zonas, un fenómeno que también puede provocar daños.
Desarrollo de la erosión hídrica
El desarrollo de la erosión hídrica se produce en una serie de fases sucesivas. En una primera instancia se concreta el desprendimiento de las partículas o la rotura de los agregados debido al impacto o el movimiento del agua, causando lo que se conoce como desagregación.
A partir de estos cambios tiene lugar un reordenamiento de los componentes del suelo, que deriva en una disminución de la cantidad de poros (porosidad). Luego el proceso continúa con una compactación que disminuye la capacidad de infiltración, quedando una lámina superficial de agua donde se ubican las partículas en suspensión que proceden del rompimiento de los agregados.
La erosión hídrica continúa con el transporte de las partículas, que implica el arrastre del material que se encuentra en suspensión. Esto también promueve que, por abrasión, se desprendan otros fragmentos del suelo.
Clasificación según su origen
Existen varios tipos de erosión hídrica según su origen. Al desgaste motivado por el agua que fluye en cauces como ríos, arroyos y otros torrentes se lo denomina erosión fluvial.
La erosión pluvial, en tanto, está vinculada a la precipitación del agua: lluvia, nieve, granizo, etc. Estas precipitaciones, además de golpear directamente contra el suelo provocando erosión por impacto, originan escorrentía y contribuyen a la acentuación de la erosión fluvial al aumentar el caudal de los cauces.
La erosión por olas, por otro lado, es un problema de gravedad en las costas. Lo que hacen las olas, con su energía, es desgastar los materiales: la erosión costera incluso pone en riesgo la infraestructura y las edificaciones que hay en las zonas más cercanas al mar.
Otra clase de erosión hídrica es la erosión glaciar. En este caso, la degradación del suelo está vinculada al movimiento de los glaciares, que son enormes masa de hielo (es decir, de agua en estado sólido).
Modalidades de la erosión hídrica
Las modalidades de la erosión hídrica pueden reconocerse de acuerdo a cómo se concreta la degradación. Se habla de erosión laminar para nombrar a lo que sucede cuando el agua se filtra junto a las partículas menos gruesas de la superficie.
La erosión en túnel, por otra parte, se relaciona a la presencia de rocas solubles o de flujos de aguas subterráneas que provocan desplazamientos y hundimientos del terreno. La reptación, a su vez, se da cuando la capa superficial se mueve imperceptiblemente en el mismo sentido que una pendiente.
Los deslizamientos de tierra pueden ser de fondo (cuando la capa permeable se desliza sobre otra de menor permeabilidad) o superficiales (una consecuencia de la gravedad por el nivel de agua embebida). Cuando el desplazamiento es de lodo, se trata de una colada.
Asimismo podemos mencionar otra modalidad de erosión hídrica: la erosión por arroyamiento. Una arroyada es un surco que el agua corriente crea en la superficie por su energía cinética; puede tratarse de un barranco, una cárcava o un reguero, por ejemplo.
Las consecuencias
Las consecuencias de la erosión hídrica son variadas. Cuando el suelo se degrada, se pierden nutrientes, con lo cual la flora se ve perjudicada. Esto mismo, por supuesto, afecta a los cultivos.
Los problemas en la superficie también atentan contra la fauna. Esto se debe a que los animales hallan menos recursos para alimentarse y también puede irrumpir una contaminación del agua que beben por la escorrentía química.
En este punto hay que subrayar que las fuentes de agua pueden sufrir una caída de su nivel de oxígeno por el arribo de las partículas del suelo. Otro factor a tener en cuenta es que el deterioro del suelo agrícola puede llevar a que los elementos químicos que se aplican en los cultivos (herbicidas, pesticidas) terminen en el agua.
No se puede dejar de mencionar que la erosión hídrica también causa inundaciones. Cuando la capa superficial pierde su poder de absorción, se limita la capacidad de drenaje y hay desniveles en el terreno, se puede producir una inundación.
La prevención de la erosión hídrica
La prevención de la erosión hídrica es indispensable para evitar o minimizar las consecuencias negativas del fenómeno. Es clave el mantenimiento de la cubierta del suelo, ya que actúa como barrera de protección.
Con las plantas vivas e incluso con residuos orgánicos como los rastrojos, el impacto de las precipitaciones sobre la superficie es menor. Además la penetración del agua en el perfil no se concreta con facilidad.
Mantener o aumentar la cobertura vegetal, en definitiva, es imprescindible. Para esto se debe evadir el sobrepastoreo, apelar a las técnicas de labranza apropiadas y, cuando resulta necesario, llevar a cabo acciones de reforestación.
Otros fenómenos erosivos
Es importante saber que la erosión hídrica es apenas uno de los fenómenos erosivos que pueden surgir. Además del agua, hay otros agentes que están en condiciones de degradar el suelo.
La erosión por viento o erosión eólica se produce por el levantamiento, el desplazamiento y el impacto de partículas sólidas contra la capa superficial del terreno debido a las ráfagas de aire, mientras que la erosión gravitacional o erosión gravitatoria ocurre cuando los cuerpos, por la fuerza de gravedad, caen en el suelo.